El campo de juego de las negociaciones salariales no está en buenas condiciones: la proliferación de acuerdos por montos no remunerativos para mejorar los ingresos laborales, la postergación del debate entre sindicatos y cámaras empresariales y la firma de pactos por plazos más breves que un año son signos de que la incertidumbre económica y política se ha colado en las negociaciones.
El nuevo impulso dado este año a las sumas fijas, sin aportes ni contribuciones a la seguridad social, merece una mirada crítica para varios analistas y sindicatos que aún resisten la práctica y advierten que causa litigiosidad e inequidades. El sistema jubilatorio (tanto por los beneficiarios activos como por los futuros) sufre las consecuencias de quedar desestimado: no recibe nada por aportes y contribuciones, mientras que para las obras sociales los sindicatos suelen exigir que sí haya alguna compensación.
Los pagos de conceptos no remunerativos, aceptados por el Ministerio de Trabajo, entran en contradicción con algunas medidas oficiales. Por caso, el argumento para eliminar el tratamiento especial que tenían los vales de alimentación fue que todo el ingreso debía estar sujeto por igual a los aportes y contribuciones.
Son varios los gremios en los que la asignación de montos no remunerativos temporales fue vista como la alternativa para lograr algo ahora, a la vez que las negociaciones por mejoras permanentes se dejan para más adelante: el sindicato Smata con las terminales automotrices; los choferes de micros; los bancarios; los telefónicos y los trabajadores de Luz y Fuerza son algunos ejemplos. Una de las opciones que planteó la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), que esta semana tratará de encauzar una complicada negociación, es el pago de $ 400 no remunerativos durante cinco meses y postergar la negociación del convenio.
Gremios como el de comercio -que firmó un acuerdo por seis meses- y el de obreros fotográficos acordaron subas permanentes que, por un tiempo, quedan al margen de los aportes jubilatorios. También pactaron una prórroga del carácter no remunerativo de montos que habían sido dados con anterioridad, que iban a convertirse en remunerativos, aunque se previó que se consideraran para el aguinaldo.
Juan Luis Bour, economista jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), estimó que regularizar la situación creada por las sumas no remunerativas ya significaría, en algunos casos, aumentar entre un 8 y un 9% el costo laboral para las empresas sin que los trabajadores vean por ese hecho una mejora en sus bolsillos.
Que las negociaciones queden abiertas para el segundo semestre evidencia la percepción de que se está ante un contexto de inflación alta, pero además inestable, según evaluó Bour. "Se abre una incertidumbre para el segundo semestre", advirtió.
Para el abogado Lucio Garzón Maceda, histórico negociador de convenios por la parte sindical, "la supuesta incertidumbre es una herramienta de presión" usada por las empresas. Como "se advierten signos tranquilizantes en el escenario mundial", las negociaciones del segundo semestre no presentarían dificultades. En el primer trimestre de 2010 podrá verse, con excepciones, un aumento interanual promedio "de entre el 20 y el 25 por ciento en los salarios", estimó. Garzón Maceda calificó de "subsidio estatal" dar sumas no remunerativas y destacó que la Justicia "correctamente, las está demoliendo" en sus fallos.
Para Héctor García, abogado del estudio García, Pérez, Boiani & Asociados, este tipo de asignaciones provoca litigiosidad porque, por ejemplo, los trabajadores reclaman que los montos sean considerados para las indemnizaciones.
"Hasta agosto, seguimos con el pase progresivo a la remuneración de lo que antes se daba en tickets; que al mismo tiempo se den aumentos no remunerativos es un contrasentido", sostuvo el abogado.
El ex secretario de Seguridad Social Alfredo Conte Grand advirtió sobre las consecuencias negativas para el cálculo del haber jubilatorio inicial: la fórmula tiene en cuenta sólo el salario por el que ingresaron contribuciones. Además, agregó, hay un impacto en la movilidad. En otras palabras: las jubilaciones son menores desde su inicio y tienen una actualización deficiente.
Vía: La Nación
El nuevo impulso dado este año a las sumas fijas, sin aportes ni contribuciones a la seguridad social, merece una mirada crítica para varios analistas y sindicatos que aún resisten la práctica y advierten que causa litigiosidad e inequidades. El sistema jubilatorio (tanto por los beneficiarios activos como por los futuros) sufre las consecuencias de quedar desestimado: no recibe nada por aportes y contribuciones, mientras que para las obras sociales los sindicatos suelen exigir que sí haya alguna compensación.
Los pagos de conceptos no remunerativos, aceptados por el Ministerio de Trabajo, entran en contradicción con algunas medidas oficiales. Por caso, el argumento para eliminar el tratamiento especial que tenían los vales de alimentación fue que todo el ingreso debía estar sujeto por igual a los aportes y contribuciones.
Son varios los gremios en los que la asignación de montos no remunerativos temporales fue vista como la alternativa para lograr algo ahora, a la vez que las negociaciones por mejoras permanentes se dejan para más adelante: el sindicato Smata con las terminales automotrices; los choferes de micros; los bancarios; los telefónicos y los trabajadores de Luz y Fuerza son algunos ejemplos. Una de las opciones que planteó la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), que esta semana tratará de encauzar una complicada negociación, es el pago de $ 400 no remunerativos durante cinco meses y postergar la negociación del convenio.
Gremios como el de comercio -que firmó un acuerdo por seis meses- y el de obreros fotográficos acordaron subas permanentes que, por un tiempo, quedan al margen de los aportes jubilatorios. También pactaron una prórroga del carácter no remunerativo de montos que habían sido dados con anterioridad, que iban a convertirse en remunerativos, aunque se previó que se consideraran para el aguinaldo.
Juan Luis Bour, economista jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), estimó que regularizar la situación creada por las sumas no remunerativas ya significaría, en algunos casos, aumentar entre un 8 y un 9% el costo laboral para las empresas sin que los trabajadores vean por ese hecho una mejora en sus bolsillos.
Que las negociaciones queden abiertas para el segundo semestre evidencia la percepción de que se está ante un contexto de inflación alta, pero además inestable, según evaluó Bour. "Se abre una incertidumbre para el segundo semestre", advirtió.
Para el abogado Lucio Garzón Maceda, histórico negociador de convenios por la parte sindical, "la supuesta incertidumbre es una herramienta de presión" usada por las empresas. Como "se advierten signos tranquilizantes en el escenario mundial", las negociaciones del segundo semestre no presentarían dificultades. En el primer trimestre de 2010 podrá verse, con excepciones, un aumento interanual promedio "de entre el 20 y el 25 por ciento en los salarios", estimó. Garzón Maceda calificó de "subsidio estatal" dar sumas no remunerativas y destacó que la Justicia "correctamente, las está demoliendo" en sus fallos.
Para Héctor García, abogado del estudio García, Pérez, Boiani & Asociados, este tipo de asignaciones provoca litigiosidad porque, por ejemplo, los trabajadores reclaman que los montos sean considerados para las indemnizaciones.
"Hasta agosto, seguimos con el pase progresivo a la remuneración de lo que antes se daba en tickets; que al mismo tiempo se den aumentos no remunerativos es un contrasentido", sostuvo el abogado.
El ex secretario de Seguridad Social Alfredo Conte Grand advirtió sobre las consecuencias negativas para el cálculo del haber jubilatorio inicial: la fórmula tiene en cuenta sólo el salario por el que ingresaron contribuciones. Además, agregó, hay un impacto en la movilidad. En otras palabras: las jubilaciones son menores desde su inicio y tienen una actualización deficiente.
Vía: La Nación